Fundamento

La Diabetes Mellitus en el anciano es un problema de gran trascendencia sanitaria justificada por su elevada prevalencia, las dificultades que puede plantear el diagnóstico y el tratamiento y la frecuente presencia de complicaciones.

Prevalencia:

Es conocido que la incidencia de Diabetes aumenta con la edad, y que existe un progresivo incremento en los índices de envejecimiento de la población, por lo que con el paso del tiempo nos iremos encontrando más ancianos y más diabéticos. Se ha señalado una prevalencia del 10 % para la década de los 60-70 años, 12 % entre los 70 y 80 años, y 17 % por encima de los 80 años.

Formas clínicas:

Cuando hablamos de diabetes en el anciano nos estamos refiriendo a dos situaciones diferentes, consideración que va a tener cierta importancia desde el punto de vista terapéutico y de control metabólico:

  • La diabetes en el anciano: comprende a aquellas personas con diabetes, anteriormente conocidos y que franquean la edad de 65 años. Los avances en el tratamiento de la Diabetes han hecho que esto sea cada vez más frecuente.
  • La diabetes del anciano: comprende los nuevos diabéticos, aquellos en que la enfermedad aparece después de los 65 años.

Los criterios diagnósticos son los mismos preconizados por el NDDG y ratificados por la OMS para el adulto.

La forma de presentación de la enfermedad en la persona mayor de 65 años tiene una serie de peculiaridades que es preciso tener en cuenta. La diabetes que aparece en el anciano afecta generalmente al sexo femenino (60-70%) , tal vez por el mayor promedio de vida de las mujeres y por la mayor concurrencia de factores diabetógenos. Suele ser una diabetes oligosintomática, de comienzo solapado y frecuentemente asociada a la obesidad. Aunque puede debutar a través de la triada clásica (las 3 P: Poliuria-Polidipsia- Polifagia) y con perdida de peso, no es la forma habitual de presentación en la población anciana. Las formas más frecuentes de presentarse son las siguientes:

  • Descubrimiento ocasional en la practica de una analítica rutinaria o motivada por alguna enfermedad intercurrente o previa a intervención quirúrgica. Es cada vez más frecuente el diagnostico en el seno de los programas de atención a la patología cardiovascular, al realizar control analítico a personas con otros factores de riesgo, sobre todo hipertensión arterial , dislipemia y obesidad.
  • Presencia de sintomatología inespecifica pero que nos hace sospechar la alteración metabólica hidrocarbonada: astenia, prurito vulvar etc...
  • Presencia de complicaciones crónicas típicas de la Diabetes:
    • microangiopatia: retinopatia
    • macrovasculares: cardiopatía isquémica, accidentes cerebrovasculares, lesiones isquémicas periféricas, sobre todo en miembros inferiores.
    • neuropatía: paresia ocular, polineuritis en MMII etc...
  • Aparición de complicaciones metabólicas agudas, sobre todo el coma hiperosmolar y con mucha menos frecuencia la cetoacidosis. No hay que olvidar que en ocasiones puede presentarse con episodios de hipoglucemia, por alteración en la secreción de insulina.

Plan de actuación

Las medidas para la atención del paciente anciano afecto de diabetes son en general las mismas que en el paciente joven, aunque con algunas peculiaridades que no debemos olvidar:

  • En los pacientes ancianos los esfuerzos encaminados a mantener los niveles de glucemia, y por ende el control metabólico, en cifras lo más cercanas posibles a la normalidad pasan a un lugar secundario, teniendo en cuenta la menor necesidad de prevenir complicaciones tardías dada la menor expectativa de vida y el peligro de hipoglucemias en este grupo de edad.
  • Es imprescindible tener en cuenta los condicionantes físicos, psíquicos, familiares y sociales que tienen este grupo de personas. La entrevista clínica y el proceso de comunicación entre el paciente y el sanitario debe adaptarse a las características de estas personas para conseguir una correcta valoración de sus expectativas y para informarles de forma comprensible de su enfermedad. Los factores importantes a considerar para enfocar el tratamiento son
    • Espectativa y calidad de vida del paciente
    • Compromiso del paciente
    • Problemas económicos
    • Problemas de salud coexistentes:
      • El anciano presenta frecuentemente situaciones que dificultan la comunicación y el cumplimiento terapeútico: hipoacusia, disminución de la agudeza visual, perdida de memoria, demencia, enlentecimiento psíquico, limitaciones para la movilidad....
      • La existencia de pluripatologia y el estar sometidos frecuentemente a tratamientos múltiples que en ocasiones incidirán en el control metabólico, o dificultarán el cumpplimiento, debe ser exhaustivamente investigada y tenida en cuenta.
    • Dificultades familiares y sociales que influirán en el control de su enfermedad: hábitos adquiridos muy arraigados en su comportamiento, aislamiento social, soledad, disponibilidad de servicios de apoyo.

Actualizado (Lunes, 08 de Febrero de 2010 15:47)